ETIQUETAS JAVIER PASCUAL
El libro del que nos vamos a ocupar en esta entrega es de imágenes y de letras.
Las imágenes son etiquetas de botellas de vinos de Rioja que forman parte de la colección de Eustaquio Uzqueda Prado, artista, pintor y diseñador de unas buenas cuantas de ellas. Las letras son los textos que tales imágenes le sugieren al periodista y divulgador de la cultura del vino Javier Pascual Corral para hacer el relato de la historia moderna del vino de Rioja.
La colección, nos cuenta, está formada por unas cuantas miles, de las que se han seleccionado para su estudio conjunto un millar, del que el libro nos ofrece imágenes de unos cientos. Seguramente representan una parte infinitesimal de las que hasta el presente se han pergeñado. Toda pretensión de mayor precisión numérica resulta innecesaria; con las publicadas ya se nos ofrece satisfacción sobrada y cabal idea de la materia.
El libro lleva por título “EL VINO DE RIOJA EN SUS ETIQUETAS. La colección de Eustaquio Uzqueda” y ha sido editado por el Instituto de Estudios Riojanos en enero de 2023.
Aprendemos en la introducción que el arte y oficio de hacer etiquetas tiene un nombre: Ephemera; así llamado porque son documentos que “duran un solo día”, ya que “no pretenden sobrevivir a la actualidad de su mensaje”. Lo efímero está en la propia esencia del ser humano, de modo que resulta ser lo más apreciable, si no lo único, que hay en vida, aunque resulta triste pensar que el mensaje de la etiqueta se agota en un día, aquél en que la botella pasa a manos del consumidor, como si su destino fuera burdamente mercantil y se agotara con la transacción. “Pasajero o de corta duración”, que es la segunda acepción del término en nuestro diccionario académico sería una justificación más razonable, contando además con la relatividad del tiempo y del espacio.
En todo caso el mensaje en la botella va ligado necesariamente a la pervivencia de su contenido. Bebido el vino desaparece naturalmente el mensaje que le acompaña. Una botella bebida que se guarda como recuerdo transmite sensaciones de vacío e incluso la desazón de lo inútil: la etiqueta adopta aire de esquela.
La pervivencia del mensaje va pues ligada a factores objetivos del propio líquido y a otros propios del azar. Escoger el momento óptimo de consumo que es defunción, participa de las angustias e incertidumbres de su alumbramiento: queda cerrado el ciclo vital que se inició con la vendimia. Pero la espera por ese momento puede resultar más angustiosa todavía. Primero porque nuestro propio ser efímero nos la puede hacer estúpida, lo que no hay Dios que remedie, aunque acaso pueda darnos alguna compensación. Segundo porque el inevitable deterioro del vino nos la puede hacer inútil, salvo que nuestra pretensión al adquirir la botella fuera puramente especulativa, caso en que aspiraremos a que el mensaje en la botella tenga pretensiones de eternidad para mayor gloria de la bodega y de nuestro peculio. La función utilitaria de la etiqueta se ve en este caso notablemente acrecentada, a costa de la pérdida irreparable del placer de la bebida.
Una vez disfrutado el vino, amortizada por tanto la función utilitaria de la etiqueta, despegada acaso ésta de la botella, el papel, al margen de nostalgias individuales e intransferibles, pasa a transmitir otras dimensiones atemporales. Es arte y su soporte a la vez, y al tiempo un documento histórico que puede ser muy revelador del contexto social en que se expresó. De esto trata precisamente el texto del libro que nos ocupa.
La magnitud de la base de datos en estudio –la Colección Uzqueda-, lleva a su autor a confiar en que “la presente publicación, en la que, por primera vez, se estudia el etiquetado de los vinos de Rioja no solo contribuya a un mayor conocimiento de la evolución seguida por esta denominación de origen, sino que también sea un aliciente para que, en el ámbito académico, se aborde el estudio de esta materia con el rigor científico exigible, por ejemplo, a una tesis doctoral”. Ello no le significa rehuir el esfuerzo de llevar a cabo una cuidada catalogación dejando sentadas las bases científicas para esa mayor profundización.
Empezando por lo que es la parte final en el libro, éste nos ofrece una selección fotográfica de las etiquetas en estudio. Se distribuyen en primer lugar entre tres categorías de bodegas:
(A) Fundadas en el último tercio del siglo XIX,
(B) Período intermedio, y
(C) Fundadas en el último tercio del siglo XX.
Las dos primeras décadas del siglo XXI han quedado fuera del estudio porque el desmadre de bodegas y de etiquetas ha sido tan “espectacular” que resiste toda posibilidad de catalogación, a lo que se añade claro es la falta en estos momentos de suficiente perspectiva histórica.
Se continúa después la catalogación atendiendo a otras categorías:
(D)
(1) Cosecheros,
(2) Comerciantes del siglo XIX y principio del XX,
(3) Cooperativas,
Funcionales:
(4) para exportación,
(5) institucionales,
(6) conmemorativas,
(E)
(1) autoadhesivas (aunque es de advertir que este grupo se ha recogido en un apartado anterior relativo a la Técnica),
(2) Presentaciones especiales.
Respecto de los grupos reseñados hay un comentario previo para cada uno y respecto de las bodegas hay otro propio para cada una, con especial atención a las centenarias. Después vienen las fotografías de las etiquetas seleccionadas. He aquí, a título de ejemplo, la relativa a la centenaria bodega Viñedos y Bodegas de la Marquesa-Valserrano S.L.:
Sobre la base de esa catalogación se ha realizado el estudio del diseño y de la iconografía del etiquetado del vino de Rioja. Respecto de lo primero –DISEÑO- analiza el autor tanto aspectos técnicos de las etiquetas (tipografías, recursos gráficos, procesos creativos, de impresión y de pegado…), como artísticos (estética, arte, heráldica, títulos nobiliarios, arquitectura de bodega y otros elementos de comunicación…). Respecto de lo segundo -ICONOGRAFÍA- se analizan aspectos como la (inicial) influencia francesa, la definición de la identidad de Rioja como presupuesto para construir marca, indicaciones al respecto: de envejecimiento, de lugar de embotellado, de viñedo… e imperativas derivadas de la regulación legal en defensa de la marca… Todo ello convenientemente contrastado con la oportuna referencia a la correspondiente etiqueta según la catalogación a que antes nos hemos referido, por sus letras de la A) a la E) y sus números.
Debe añadirse como colofón que el libro contiene además datos preciosos –y precisos-sobre circunstancias vitivinícolas de la DOC Rioja, como número de bodegas, litros vendidos, normativa del Consejo Regulador…, no en vano el autor es máximo especialista en la materia y editor de la revista de referencia del sector que es La prensa del Rioja.
En suma un libro que los ingleses definirían como “coffee table book”, siempre a la vista para su visita recurrente, paladeando letras, imágenes y naturalmente… vino.
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