LA TIERRA DEL RIOJA (I)
Cuando hablamos del vino de Rioja se nos plantea un problema de ubicación, porque de entrada pensamos que se trata de vino producido en La Rioja, como región o comunidad, lo cual no es exacto. Propiamente debemos referirnos al vino producido en la zona delimitada como Denominación de Origen Calificada Rioja (DOC Rioja), elaborado conforme a las normas establecidas por su Consejo Regulador, y debidamente calificado como tal por este. Y esta zona de la DOC Rioja no coincide geográficamente con la de la Comunidad política de nombre La Rioja, sino que ocupa una parte de ésta, lo mismo que ocupa otras partes, ciertamente más pequeñas, de otras provincias, que son Álava, Navarra y Burgos (de esta última tan solo una finca que es verdaderamente un enclave dentro de la primera), a su vez integradas en otras Comunidades Autónomas diferenciadas.
Hemos escogido la expresión “LA TIERRA DEL RIOJA” para aglutinarlas. Queremos daros algunos datos, por lo general sacados de nuestra propia experiencia vital aquí, que os puedan interesar sobre el vino y sobre el territorio en que se produce. Siempre que hablemos de “el Rioja” estaremos pensando indistintamente en el vino calificado y en la zona de la denominación.
PANORÁMICA / Las tres subzonas de la Denominación Rioja
Comúnmente se han distinguido tres zonas en el territorio de la Denominación que son Rioja Alta, Rioja Baja (la diferencia se debe a la altitud media del territorio, pero hoy la última ha preferido conocerse por Oriental) y Rioja Alavesa.
La primera comprende toda la parte occidental hasta la zona de Logroño donde empieza la Oriental; la Alavesa incluye, de la parte norte del Ebro, aquella que pertenece a Álava (es una prueba más de la artificialidad de los límites; nosotros la calificaremos en general de Sonsierra y la trataremos como una sola zona). La verdad es que tal distinción genérica, u otra cualquiera seguramente la misma que vamos a practicar aquí, es por la ambigüedad de sus límites imprecisa e inexacta. A veces por ello se introduce una Rioja Media en la distinción. Ni siquiera la posibilidad de su real aplicación como subzonas sería verdaderamente representativa de la variedad y riqueza del Rioja. Tímidamente, aunque ya con reconocimiento oficial, se va abriendo hoy paso la necesidad y coherencia de ir acotando con más precisión, y trazabilidad, las zonas de la tierra de las que el vino procede y que le proporcionan su personalidad: subzona, municipio, pago, viñedo singular…
La tierra del Rioja se ubica en un extenso valle marcado por el sinuoso recorrido del rio Ebro, que se abrió paso esforzadamente por el oeste entre las montañas, en el punto conocido por las Conchas de Haro, y se retira plácidamente y sin obstáculos que salvar por el este, allá por la zona de Alfaro.
Los límites norte y sur del valle son cadenas montañosas, de no exagerada altitud, pero sí de acusada personalidad, personalidad que transmiten al clima y al suelo. Estas son, por el norte, Obarenes, Montes de Toloño y Sierra de Cantabria (o de Toloño toda ella por extensión) y después la sierra de Aras, y por el sur la Sierra de la Demanda, los Cameros y las Sierra de Yerga y de la Hez. Ventaja de esta cadena paralela de alturas es que se pueden disfrutar de fantásticas vistas al valle desde ellas; mirando del norte al sur, podríamos detenernos en Cellórigo, al pie de los Obarenes que nuestros pequeños saben identificar con el lomo de un estegosaurio -en alguna guía se lee que es conocido como el “Púlpito de La Rioja”, y las placas del lomo del dinosaurio como Peña Lengua, y se identifican con agujas pétreas que semejan las agujas góticas de una catedral; maneras de ver que cada cual puede mejorar-, en el puerto de Peñacerrada –en cuya subida precisamente se encuentra un “Balcón de la Rioja”-, o en Lapoblación, subiendo el puerto de Bernedo donde el León Dormido –conocido por los moradores de aquella como La Picota, quizá porque para ver al león es necesaria tanta distancia como imaginación-. Mirando del sur hacia el norte, podrían ser el Monte de San Lorenzo (quizás demasiado alto para disfrutar del valle), el Castillo de Clavijo, o el Cabi Monteros.
Claro es que conforme vamos subiendo a esos miradores vamos dejando atrás la tierra del Rioja, pero ya que no hay una solución de continuidad entre llano y monte no está de más incluir aquí alguna información sobre ellos, amén de que con la búsqueda ahora de zonas más altas, frescas y húmedas para la plantación de viñas, como consecuencia de las alteraciones del cambio climático, el día menos pensado pasarán a formar parte de la DOC.
Nuestra intención es seguir el curso del río en el mismo sentido oeste este con la vista puesta en el horizonte de montañas, como refleja nuestro imagotipo, e ir dando datos que nos parece puedan ser de vuestro interés desde cualquier punto de vista, especialmente claro es el vitivinícola.
Pasar revista primero a la vertiente sur del Ebro, distinguiendo aquí, más por tomar respiro que con valor diferenciador, los valles o cuencas por los que discurren sus afluentes tributarios, a saber: Oja (o más bien Oja-Tirón) –parece tan fácil que afirmar que el río Oja ha dado nombre a la Rioja, que los etimólogos no se ponen naturalmente de acuerdo-, Najerilla, Iregua, Leza y Jubera, Cidacos y Alhama. Después, allí al final, cruzar el río para pasar a Navarra y volver hacia el oeste, primero por la ribera de ésta, y después por la zona que emocionalmente englobamos toda ella en la Sonsierra riojana, y que a partir de Logroño ocupa sin solución de continuidad espacios de La Rioja y de Álava, y que, dado que no encontramos ríos tributarios de empaque que nos detengan para el respiro, trataremos de una sola sentada hasta la salida por Briñas, donde llaman el portal.
Intentamos de esa manera el transmitiros que lo que define tan pequeño espacio es su diversidad. Que en materia vitivinícola nace de la diversidad de tierras: arcilloso-ferrosas (rojizas, con mayor o menor alcalinidad, de baja materia orgánica…), arcilloso-calcáreas (blancuzcas), más o menos pedregosas, aluviales a la orilla del gran río…;
de la diversidad de clima: que pasa del atlántico del oeste por su proximidad al Cantábrico, hasta el mediterráneo del este por recibir ya la influencia de este mar, sucesivamente matizado o agravado por la altitud en su pendiente hacia las montañas, y hoy por la irracionalidad que alimenta el cambio climático y que parece traducirse en largas épocas de sequía con irrupciones violentas y desmedidas de agua, calores exagerados y abruptos picos de fríos extremos y heladas fuera de temporada; de la diversidad de las variedades de vid autorizadas y de la forma y antigüedad de su plantación; y también de los paisajes, pueblos, gente….Todo ello hace de la tierra del Rioja un “terroir” único, singular y diverso.
Ahora bien resulta que nuestra intención está ya plasmada, desde noviembre del año 2019, en un magnífico libro publicado por las editoriales Los Aciertos y Pepitas, escrito por Antonio Remesal y Alberto Gil, con el título de:“Rioja. Vinos silenciosos”, y con subtítulo: “Una guía para conocer el otro rioja: las comarcas, los pueblos, los viñedos, las bodegas, los vinos y las gentes de esta sorprendente región vitícola”, y lo que ellos cuentan en 311 páginas, no podemos nosotros pretender resumir en este folleto. Así que lo que a nosotros toca es informaros de su existencia, y aseguraros que es del máximo interés para el conocimiento de Rioja –los autores, excluyendo el artículo determinado “La”, resuelven el problema de la ubicación-, e imprescindible si sois de la “buena gente” de la que decía Antonio Machado: “donde hay vino beben vino” -si no lo hay habrán de conformarse con “agua fresca”-, y por lo tanto os movéis para atender a aquella satisfacción primordial.
Aquí pretendemos por tanto ser intrínsecamente subjetivos porque solo hablaremos de lo que hemos vivido, no seremos parciales, ni imparciales, porque no haremos comparaciones, pero en ningún caso seremos arbitrarios; no creo que hagamos referencia a ningún lugar que no podáis encontrar ya en las guías al uso. Solemos ir naturalmente a restaurantes donde podamos beber MacRobert & Canals, pero ello no siempre es posible, no existe sitio más complicado para vender Rioja que la tierra del Rioja, aquí hay mucho compromiso, no hay hostelero que no tenga un padre, hijo, hermano, cuñado, sobrino, amigo, o parroquiano que de una u otra manera no tenga interés en un determinado vino, cuando no el hostelero mismo.
Continuará…
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