TIEMPO Y TRABAJOS EN LA VIÑA (V): La tierra del Rioja / Mayo 2021
TEMPERATURA
El mes de mayo ha sido en conjunto cálido, con una temperatura media en la España peninsular de 15,7 ºC, valor que queda 0,6 ºC por encima de la media de este mes (periodo de referencia: 1981-2010). Se ha tratado del vigesimosegundo mayo más cálido desde el comienzo de la serie en 1961 y del undécimo más cálido del siglo XXI.
Sin embargo, respecto de la Tierra del Rioja puede decirse que en su práctica totalidad las temperaturas se situaron alrededor de la media, con excepción de la zona más occidental, esto es la cuenca del Oja-Tirón, especialmente en la zona de los Montes Obarenes, en la que fueron ligeramente más cálidas. En todo caso, sí hubo notable alternancia de días fríos y cálidos.
PRECIPITACIÓN
Mayo ha sido muy seco en cuanto a precipitaciones, con una precipitación media sobre la España peninsular de 34,0 mm, valor que representa el 57 % del valor normal del mes (periodo de referencia: 1981-2010). Se ha tratado del duodécimo mes de mayo más seco desde el comienzo de la serie en 1961, y el sexto del siglo XXI.
En la tierra del Rioja la sequía fue más notable en la indicada zona occidental (alrededor del 60% de la media), resultando menos grave conforme transitamos hacia oriente, hasta alcanzar parámetros prácticamente normales en la Rioja baja u oriental.
La cuenca del Ebro registró una precipitación media de 40 l/m, lo que representa un 60% de la media 1981 – 2010, período por tanto indudablemente muy seco.
INSOLACIÓN Y OTRAS VARIABLES
La insolación acumulada a lo largo del mes de mayo fue prácticamente normal en toda la Tierra del Rioja, salvo en la zona de la Sonsierra que registró un incremento del 105%, lo que coincide con el general de la península. En cuanto al viento, en mayo fueron escasas y poco significativas las situaciones de vientos fuertes, destacando las siguientes: la de los días 8 y 9 de mayo que afectó a puntos montañosos de la cornisa Cantábrica y el Pirineo y la de los días 11 y 12 de mayo que afectó a algunas zonas del noroeste peninsular.
A finales de abril y durante las primeras semanas de Mayo las viñas estuvieron creciendo muy activamente, de modo que debimos empezar el programa de tratamientos para evitar el posible desarrollo de enfermedades provenientes de los hongos. Dado que, como ya sabéis, la mayoría de nuestros viñedos se plantaron antes de la mecanización, tienen alta densidad y el espacio entre las hileras (renques) es muy estrecho, de modo que es imposible realizar tales tratamientos con máquina, y debemos llevarlo a cabo a pie, cargando mochilas.
Es un trabajo agotador, pero preferimos mantener los viñedos en su estado original que no eliminar hileras para posibilitar el paso de los medios a motor. Además tiene sus ventajas, ya que podemos llevarlo a cabo incluso justo después de las lluvias, cuando el suelo aún esta anegado, puesto que nuestros pies (nuestro peso) no compacta la tierra. El tractor cargado con el pulverizador puede llegar a pesar cuatro toneladas, y compacta la zona radicular de las vides a su paso, precisamente la zona más necesitada de esponjosidad y capacidad de asimilación de agua.
En mayo se comienza también a gestionar la copa de la viña en vaso. Hay que ir revisando cepa por cepa para eliminar aquellos sarmientos que no interesan al adecuado desarrollo de la planta. Tal labor es conocida como “espergurar”. Nos permite gestionar el número de brotes, su carga, y el espacio entre ellos, procurando la mejora de la aireación y de la insolación de la viña. De tal manera ayudamos a la fertilidad de los brotes y a la reducción de la posible aparición de enfermedades, e incluso facilitamos el trabajo de poda tras el siguiente invierno al quedar la vid mejor formada.
Por último iniciamos también otro proceso que es conocido como el despunte. Se lleva a cabo con los brotes que han crecido tan vigorosamente que corren el riesgo de romperse por su propio peso. Detenemos el alargamiento del brote, lo que tiene un efecto positivo en la medida en que ayuda a fortalecer su base, evitando que se rompa por la fuerza del viento. En algunas variedades de uva se produce un tercer efecto, pues fomenta el desarrollo de brotes laterales que luego deberán eliminarse en junio.
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